Tus ojos me dieron vida,

tu boca me brindó el aliento para suspirar,

tus manos me indicaron el camino,

Tus oídos escucharon cada latido de mi corazón,

tu piel se fundió con la mía en cada abrazo,

no dejando espacio para el aire que luchaba feroz por colarse en nuestros momentos...

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tu alma fue la compañía que me abrió la inspiración y el entendimiento,

tus sueños fueron faro que indicó el camino al gozo, al júbilo y a la armonía,

paralelo a mi vida caminaste,

y regalaste fuerza nueva a mis pasos...

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con cada meta cumplida

con cada sueño alcanzado

con cada abrazo dado

y con cada caricia brindada

tu recuerdo viene a mi innegable...

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tal como vienen las olas a la arena

como bullen aves cantoras en la mañana;

y me regala esa magia que hechiza los sentidos

y elimina las sombras en mi ventana...

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tu cuerpo me daba compañía

y ahora el recuerdo me impulsa a seguir hacia adelante,

como un reto contra mi y contra todo

para demostrar que puedo surgir de las cenizas,

tal y como el ave mítica de los cuentos

que renace nueva, bella, fortificada

ante un nuevo comienzo, sin ataduras ni remordientos...

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y es la hora de volver a nacer...